Este mes, ponemos foco en estas tendencias:
- Contradicciones de una movilidad emergente
- Sustentable, local y responsable: la compra vuelve al origen
- El “momentum” de los juguetes sexuales
- ¿Un mundo digital homogéneo?
- La economía del cambio climático
Fronteras porosas
Contradicciones de una movilidad emergente: Con el transporte público semi paralizado durante meses o sólo disponible para usuarios “esenciales”, las necesidades de transporte de la población fueron mutando durante la pandemia, básicamente hacia el mayor uso de los vehículos privados y también hacia el hábito de caminar o andar en bicicleta. Un informe del GCBA reveló que la cantidad de ciclistas aumentó desde un 24% a un 114% y esto lo vimos acompañado de un auge de la “ciudad de a pie”, de la caminata. Lo que también vimos fue una disminución de la movilidad pública: en el caso del transporte público masivo, la caída de transacciones en el AMBA en colectivo fue del 65%, en subte del 92% y en trenes del 65%. También cayó cualquier otra posibilidad de uso de vehículos compartidos (carpooling). Pero la pandemia abrió una oportunidad para las apps móviles de transporte. En un estudio de la app BEAT un 30% reconoció que usaría más las apps de movilidad durante la pandemia para transportarse. Estos servicios que antes eran más aptos para viajes cortos, nocturnos, hacia terminales, o en combinación con otros medios de transporte hoy se utilizan para viajes de punta a punta, al considerarlos más seguros que los públicos. Todo esto nos da la pauta que acceder a las distintas oportunidades de transporte tiene un vínculo con el bienestar personal y la seguridad, hay un “capital de movilidad” que la pandemia revela. Lo otro que nos deja es el surgimiento de nuevas tensiones alrededor de lo sustentable: según nuestras investigaciones un 83% considera que esta crisis es es una gran oportunidad para repensar nuestro vínculo con el medio ambiente. Sin embargo, el boom de las bicicletas y las caminatas no mitigan los efectos de la vuelta del auto particular y la mayor cantidad de viajes individuales, con consecuencias negativas para el impacto climático. Por un lado, habrá que esperar a ver qué escenarios ofrece la pospandemia (más aislamientos o bien vuelta a cierta normalidad con la vacunación) para entender qué de estos cambios queda sedimentado, por el otro lado, marcas y negocios tienen la oportunidad de visualizar cómo acompañar estas necesidades del consumidor en un nuevo paisaje para la movilidad urbana.
Raíces móviles
Sustentable, local y responsable: la compra vuelve al origen: Hemos mencionado ya aquí los cambios evidentes que la pandemia ha producido en el consumo y los hábitos de los compradores. En esta oportunidad queremos poner el foco en una modalidad de compra –que si bien ya se viene consolidando- emergió con fuerza en la crisis sanitaria: la compra de alimentos sustentables a productores locales. Es interesante ver este fenómeno de búsqueda de alimentos más frescos y naturales, tanto es así que en muchos casos hasta forzó a estos productores a encontrar logística acorde con la demanda. Un ejemplo exitoso de estos nuevos mapas independientes es The Food Market, plataforma que conecta productores locales de este tipo de alimentos con consumidores ávidos por esta oferta más sostenible. Se trata de perfiles de consumidores responsables, que no sólo tratan de comer mejor sino de favorecer economías locales a pequeña escala. A esta información accedemos por nuestras propias investigaciones: según mediciones de Trendsity en pandemia, 75% coincidió en que cree que se puede hacer un aporte al elegir productos de microemprendedores o comercios locales. Por su parte, mercados como BA Market, Sabe la Tierra o Masticar hace tiempo que se hacen eco de la demanda emergente y dan un lugar protagónico a estos productores, logrando mayor visibilidad, alcance y mejor posicionamiento. Este fenómeno es global y la crisis sanitaria lo profundizó. En España las pequeñas iniciativas agroecológicas de proximidad y regionales, especialmente las que ofrecen servicio a domicilio, crecieron en un 50% al arrancar el confinamiento. En parte también, porque como dijimos en otras oportunidades, la pandemia fue un momento para muchos de cambiar hacia una alimentación más sana, con mayor consumo de alimentos estacionales incluso. Pero son varios los motivos que confluyen: las nuevas generaciones arrastran nuevos valores alimenticios que hacen causa común con la idea que la globalización y el deterioro de la naturaleza están en el origen de virus como COVID-19 y que la respuesta está en la vuelta al origen. Las marcas no deberían dejar de hacer sintonía con valores en perfecto match con la emergencia de la crisis sanitaria.
Egobalance
El “momentum” de los juguetes sexuales: La cuarentena cambió los hábitos de los argentinos, también en materia sexual: la venta de los juguetes sexuales aumentó en un 200%. En un relevamiento, quedó claro que las mujeres son las que más utilizan los juguetes sexuales y quienes más compran. Desde el inicio de la cuarentena, hubo un 41% más de usuarios, de los cuales un 70% fueron hombres y la mayoría admitió haberlos comprado para utilizarlos con su pareja. Si bien no es un fenómeno reciente, el mercado de juguetes sexuales vive un momento de esplendor, con muchísima más visibilidad y menores tabúes. Ya no es necesario acudir a un lugar oscuro y con vergüenza para adquirirlos, se hacen encuentros para su venta y su acceso online o en tiendas ya no es sorpresa. Se asiste a una suerte de “democratización del placer” incluso, que se diversifica: no hay tabúes con la edad, ya que se popularizan entre los +50 y hasta hay dispositivos gender neutral y para todo tipo de cuerpo. Un capítulo especial merece lo que ocurre con la sexualidad de las mujeres. Según un informe realizado por El Índice De La Función Sexual Femenina (FSFI) sólo el 53% de las mujeres encuestadas afirman alcanzar siempre el orgasmo o clímax, y en Argentina el 20% de las mujeres posee anorgasmia la “ausencia o insuficiencia de orgasmo sexual”. Recientemente llegó al país por primera vez una opción única en su tipo Womanizer, el primer estimulador de clítoris, que promete orgasmos en 1 minuto. Lo que lo diferencia es su tecnología patentada “Pleasure Air Technology”, que estimula a través de ondas de aire, el producto es una revolución para este segmento. Justamente, la otra gran revolución tiene que ver con la tecnología. Existe una variada gama de dispositivos inteligentes que permiten combinar algoritmos y aplicaciones para lograr una experiencia sexual más satisfactoria aplicando las últimas tecnologías e incluso inteligencia artificial, lo que se conoce como “sex tech”. De hecho, cada vez se llama más la atención sobre los ataques cibernéticos en este tipo de dispositivos y el peligro que puede implicar para los involucrados y su privacidad. Definitivamente, todo un nicho para seguir de cerca y entender cómo evoluciona al ritmo de los cambios en el género, la sexualidad y la innovación tecnológica.
Neoconectividad
¿Un mundo digital homogéneo?: La primera gran revolución que trajo la llegada de las redes sociales fue la democratización de la información, una transformación horizontal donde cada persona que tuviera acceso a tecnología pudo tener voz. Junto con eso se abrió una gran posibilidad en la comunicación y el marketing: las marcas tuvieron la posibilidad de estar más cerca que nunca de consumidores a través de nuevos espacios que tenían una característica distintiva, una especificidad, códigos, narrativas y herramientas que diferenciaban por ejemplo Twitter de lo que era Facebook o LinkedIn. Estas diferencias le daban a las marcas distintas tonalidades comunicacionales para enriquecer su posicionamiento.Sin embargo, este escenario se está volviendo mucho más homogéneo para los usuarios y para las marcas. En los últimos tiempos ocurre un fenómeno singular: cada vez más las redes sociales se parecen unas a las otras, incorporan características y funcionalidades que son exitosas en sus competidoras o en otras plataformas y todo el mundo digital atraviesa de esta manera una suerte de uniformidad. Facebook se parece a Mercado Libre, Instagram se parece a Tik Tok, Twitter a Instagram, Linkedin también incorpora stories. Las diferencias que distinguían las experiencias en unas tienden a desaparecer. Quizás el último gran arrojo de creatividad vino de la mano de Tik Tok, aunque en estas últimas semanas en las que Twitter por ejemplo incorporó el formato de stories se hace complejo -en ocasiones- distinguir una red de otra. Como el universo digital es hiper dinámico, habrá que ver si esta tendencia hacia la similitud permanece o cuál es el próximo hit creativo que lo sacude y cambia el rumbo. Las marcas y las agencias digitales -como siempre- no pueden descansar sus estrategias, nada en este mundo permanece de la misma forma por mucho tiempo.
Conciencia de responsabilidad
La economía del cambio climático: Venimos hablando de lo pertinente que resulta este momento para repensar el tipo de sociedad y el futuro que queremos para el mundo, mientras atravesamos esta suerte de pausa. En este sentido, una de las tendencias que se da es la oportunidad que tiene una nueva economía atada a las consecuencias sobre el cambio climático. Muy interesante resultó la tapa de TIME junto con el Word Economic Forum que refleja la necesidad de rediseñar la manera en que vivimos, trabajamos y producimos. Para el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, la pandemia evidenció que la economía mundial funciona sin red de seguridad, estimula la desigualdad y pidió sustituir el PBI por un mejor indicador de la salud económica de un país, que se vincule con lo sustentable: “Lo que tenemos que hacer es llevar la economía en una dirección que refleje todas estas preocupaciones. El PBI no tiene en cuenta las desigualdades. El indicador más importante es el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero. No solo el CO2, sino también el metano”, dijo. Los ejemplos se acumulan entre los negocios y las industrias. Llamó mi atención que la marca sueca de alimentos Felix lanzó el “climate store” un supermercado donde el precio de los ítems se establece según la huella de carbono de los productos. También las voces cada vez más frecuentes que demandan un nuevo paradigma en la industria tech que cambie la obsolescencia programada efímera y veloz por nuevas ideas en la concepción de fabricación, duración y venta de los dispositivos tecnológicos. Se suma la política: en Diputados, un proyecto de Ley de Educación Ambiental espera ser aprobado fruto de la presión que ejercen hace años especialistas, científicos, municipios y organizaciones de la sociedad civil. Una lúcida entrevista al co fundador de Sistema B Pedro Tarak resume la necesidad de sociedad civil, política y empresas de refundar la economía, toda vez que no podemos tener la misma lógica y mentalidad de crecimiento infinito en una realidad finita: “Esto hace que pensemos que quizás la manera de habernos organizado desde la política, empresas y ONGS ya no sea la óptima para poder dar respuesta en este momento a los problemas gigantes que tenemos a nivel global y local. Entonces, desde el movimiento empresarial y desde el mundo de la inversión estamos repensando qué significa crecer hoy en día, si más es mejor y cuál es el sentido del éxito de una empresa”.