En el mes de la Mujer, compartimos esta nota de Mariela Mociulsky.
Aún hay pocas referentes en el ámbito de las criptomonedas y finanzas descentralizadas. Hay una enorme posibilidad para las mujeres en un mundo que está en plena creación. Sin embargo, la brecha en las carreras técnicas y los retrocesos de la pandemia las alejan de una oportunidad única.
Nos encontramos en un momento donde la tecnología y las finanzas están teniendo un enorme protagonismo, sin embargo, las mujeres están lejos de protagonizar esta nueva revolución.
Respecto de los varones, las mujeres ya arrastran una brecha en carreras tecnológicas/STEM, panorama que se agudiza teniendo en cuenta que las finanzas descentralizadas, las fintech y criptomonedas son un espacio liderado casi por completo por varones.
Si desde hace años el sector de las inversiones y el de la tecnología están claramente dominado por los hombres, el nuevo mundo de las finanzas digitales sigue el mismo camino. “Se está gestando un nuevo ecosistema tecnológico- financiero del que las mujeres se están quedando afuera. Aún hay pocas referentes, este nuevo mundo es percibido como complejo e hiper técnico. El imaginario de trabajo es todavía poco visualizado, las mujeres se siguen inclinando masivamente a carreras o trabajos relacionados con servicios, humanidades, cuidado”, señala Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity.
Diversos indicadores que se desprenden de estudios de Trendsity avalan este escenario: las mujeres siguen estando menos interesadas que los varones en aprender programación (30% varones versus 13% de mujeres), mientras que las mujeres admiten algo menos de confianza en sí mismas, sus talentos y capacidades respecto de los varones (59% de mujeres versus 65% entre varones).
Señalan además que a la hora de buscar empleo, 9 de cada 10 valora la flexibilidad y la posibilidad de trabajar en equipo. Asimismo, valoran más que los varones la capacitación en los empleos. “Es necesario poder ampliar estos imaginarios hacia todas las posibilidades que tienen las mujeres de combinar su creatividad y potencial con habilidades y capacidades financiero-tecnológicas. A la vez, mostrar que todo esto es posible incluso en combinación con el estilo de vida que buscan”.
Si bien la tecnología y las finanzas no son carreras que las mujeres venían eligiendo, esa coyuntura es aún más contraproducente para ellas en la actualidad. “Esto es así porque frente a nuestros ojos se está construyendo un nuevo modelo de finanzas tecnológicas que demanda empleo y brinda oportunidades laborales y de proyección profesional que están perdiendo”.
La especialista resalta que a este escenario se le agrega el gran retroceso que sufrió la mujer en el mundo laboral derivado de la pandemia. Si las mujeres ya tienen una brecha respecto del trabajo, esa situación no hizo más que agravarse con la crisis sanitaria.
“En la pandemia la realidad de los hogares mostró que la equidad de género es un aspiracional que aún está lejos de suceder. Se volvieron a ocupar roles tradicionales donde la mujer tuvo a cargo fundamentalmente el cuidado y las tareas de la casa. Este retroceso afectó sus carreras, sus posibilidades de ocupar puestos directivos o de capacitarse.
La realidad es que, tanto a nivel de realización profesional y laboral como de la posibilidad de construir ecosistemas más diversos, plurales e inclusivos, es necesario ver más mujeres involucradas en la construcción y la creación de ecosistemas tan revolucionarios como las finanzas descentralizadas y las criptomonedas.
“Hoy no está balanceado y no hay diversidad de género. Si bien se observa que el número de mujeres ha ido aumentando levemente, los desafíos son múltiples y van desde la percepción de complejidad de estos ámbitos a la situación personal del hogar a una minoría de referentes que es necesario ampliar. En este sentido, también hace falta una articulación de lo público y de lo privado que impulse a las mujeres, partiendo desde la inclusión y la educación financiero-tecnológica. La buena noticia es que ya hay iniciativas que van en este sentido, pero es necesario que existan más, de manera masiva y sistemática”, concluye Mociulsky.