En un mundo tan cambiante, liderar empresas no va a ser una tarea sencilla ni predecible. Al dinamismo del contexto se suma la dimensión global y los distintos formatos de trabajo. En este escenario, contener a los integrantes del equipo es un eje clave.
AIRE DIGITAL por Leila Ganem
El país aún se está acomodando a un gobierno entrante que establece sus políticas e iniciativas y esto, naturalmente, requiere una especial atención del líder que no solo se ocupa del negocio, sino también de transmitir la visión a sus equipos.
Sin dudas, los escenarios de inestabilidad económica, financiera y social que se dan en líneas generales en Argentina y a nivel global, impactan y atraviesan a todas las áreas de las organizaciones y, por tanto, se transforman en un gran dolor a atender.
Brechas en cuanto a ideologías, inflación, aumentos, reclamos, y hasta conflictos bélicos están en la agenda mundial. La incertidumbre, el flujo de las compañías en medio de los cambios económicos, impositivos y las materias primas faltantes son variables sumamente exigentes a las que deberán atender los líderes con planificaciones que se ven afectadas por el contexto y directivos que deben, a la vez, ocuparse del bienestar propio y de sus equipos.
“Para esta ardua tarea se requerirán sobre todo cualidades humanas como la empatía. Tiempo atrás, lo más importante eran las habilidades técnicas y en la actualidad la flexibilidad para adaptarse a los cambios y a las nuevas demandas será fundamental para sortear distintos escenarios sin perder la visión”, reflexiona Mariela Mociulsky CEO y cofundadora de Trendsity y VP de SAIMO.
Para ello, contar con habilidades blandas es fundamental y son tiempos en los que más que nunca, las capacidades emocionales se vuelven muy necesarias. “Estar muy cerca del equipo, preparado para lidiar con el estado emocional de la gente, con los temas familiares y laborales y trabajar seriamente en conjunto para lograr el bien común es un eje que emerge como uno de los más importantes en esta era”, reflexiona Eduardo March, consultor especializado en RRHH y director comercial de la consultora Homini.
El 2024 no va a pasar desapercibido y en materia de liderazgo, el factor interno es, sin dudas, el tema clave con una agenda de liderazgo donde “la contención y la cercanía respecto a las personas que componen los equipos tiene que estar sí o sí.
“Estar disponibles, regalarles un momento de escucha cuando sea necesario, brindarles toda la tranquilidad que sea posible en el contexto que se esté atravesando y conectar: la conexión de un líder y la confianza que pueda generar son de los activos más valiosos a la hora de atravesar momentos difíciles y caóticos”, reflexiona Pablo Faga, socio y director de BW Comunicación.
Conversaciones difíciles
Para el 2024, los líderes van a tener que seguir promoviendo el diálogo, animarse a transformar las conversaciones basadas en la conformidad y escuchar desde la perspectiva de los demás. Muchos trabajadores están asustados y angustiados y es una realidad que los líderes deberán enfrentar.
“Desde Whalecom venimos estudiando, investigando y acompañando a líderes y organizaciones en el proceso de transformación y estamos convencidos de que en tiempos de disrupción e incertidumbre, es clave para los líderes estar cómodos en la incomodidad, lo cual implica ser capaz de mirarse en el espejo del otro, del equipo, de la organización y de la sociedad, aún cuando lo que veas no es lo que querés.
Tal como dice Otto Scharmer, “el trabajo de los líderes es percibir y dar forma al futuro y solo podrán hacerlo si están en contacto con la realidad”, señala Adriana Carel, directora de Learning y Development de la consultora.
Priorizar la transparencia en la comunicación, “decir la verdad, ser muy claro en lo que uno dice al equipo, plantear el panorama, ayuda a que la gente esté más interiorizada en lo que está pasando y crea más en su líder”, acota Eduardo March.
El impacto de las nuevas tecnologías
Dentro de la agenda, los cambios tecnológicos son y serán parte de los desafíos a afrontar para los CEOs de esta época. En cada momento histórico, de revolución industrial, de formas de producir y de consumir, cambian la forma de trabajo y también los requerimientos para líderes y colaboradores.
“La IA como herramienta que puede facilitar el trabajo, mejorar el rendimiento y optimizar tiempos, al menos por ahora carece de las habilidades más blandas que permitan la gestión de las propias emociones y de los equipos.
¿Podrá la IA emular la imperfección, la complejidad, la contradicción y la sensibilidad de la humanidad y queremos que eso suceda? Es una pregunta colectiva que debemos hacernos, ya que el potencial de la tecnología es exponencial”, señala Mariela Mociulsky.
Sin embargo, no son sólo los líderes los que se enfrentan a diario con estos dilemas y por eso, es tarea de ellos, según Eduardo March, “ayudar a la gente a adaptarse a los cambios que son repentinos, acelerados y se comunican muy rápido. Más temprano que tarde llegan a nuestro país y el líder tienen que ayudar en el aprendizaje, pagar cursos de formación profesional, actualizar conocimientos no solo de sus industrias sino de todas las que hay en el mundo. Ningún líder puede quedar por fuera de las actualizaciones en temas tecnológicos, de IA y de responsabilidad social”.
Diversidad, salud mental y sustentabilidad
Flexibilidad, visión y capacidad de aprender continuamente, perseverar aún ante dificultades, y seguir intentándolo serán algunas claves para vivir en tiempos de transformación y transiciones.
Dentro de las tendencias y cambios de paradigmas ya instalados, el camino a la sustentabilidad, la búsqueda y persecución de un propósito, la evolución hacia culturas integradoras que respeten la diversidad y que ayuden a disminuir las múltiples brechas de género, de ingreso, la necesidad de inclusión financiera, la educación y especialmente en nuestro país el contexto inflacionario, también son cuestiones para priorizar.
Sobre este punto, para Adriana Carel, el aprendizaje de los líderes estará fundamentalmente “en saber adoptar políticas y prácticas que respalden el bienestar como derecho humano y no simplemente como beneficio”.
En un mundo que valora cada vez más las prácticas éticas y sostenibles, “las pymes deberán encontrar formas viables de equilibrar la rentabilidad con la responsabilidad social. La diversidad, la equidad y la inclusión son temas que están en el centro de atención. Las pymes tienen la oportunidad de crear entornos de trabajo más inclusivos y equitativos, lo que no solo es ético, sino que también puede impulsar la creatividad y la productividad de los equipos”, agrega Francisco Costa CEO y cofundador de Naaloo.
La gestión de los resultados
Con un modelo de gestión a la distancia, y con la convicción que la gente es más productiva trabajando desde sus casas, la gestión sobre el resultado es la manera en la cual los líderes pueden lograr los objetivos planteados por la organización.
“Lo que impera ahora es que la gente logre los objetivos, más allá desde donde trabaja”, destaca Maximiliano Blanc, socio y director de BW Comunicación, sobre una de las herramientas que, a su criterio, “más deberán desarrollar los líderes en 2024”.
Estrategias de retención
Liderar equipos en los próximos meses representará un desafío significativo, especialmente en un entorno económico incierto que genera necesidades específicas. La predisposición y el compromiso de los empleados pueden verse afectados por esta incertidumbre.
En ese sentido, “la retención del talento se convierte en un aspecto aún más crítico porque si las necesidades económicas se tornan más apremiantes, los empleados pueden inclinarse hacia oportunidades laborales que ofrezcan mayores ingresos”, indica Francisco Costa.
Y añade: “Estrategias como ofrecer paquetes de compensación competitivos, oportunidades de desarrollo profesional y un ambiente de trabajo positivo pueden ser clave para retener el talento. Fomentar un sentido de lealtad y compromiso incluso en tiempos difíciles es posible”.
Los puntos de dolor y el DNU
En este 2024, las pymes enfrentan varios puntos de dolor clave. La adaptación a la transformación digital y la gestión del cambio seguirán siendo desafíos significativos, junto con la escasez de habilidades específicas y la gestión del talento, pero un punto de dolor particular “será el impacto de las últimas sanciones normativas y modificaciones laborales introducidas mediante Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU)”, señalan desde Naloo.
Dado que estas medidas no han sido consensuadas ni validadas ampliamente por muchos sectores, “su aplicabilidad se tornará difícil y generará incertidumbre en las pymes respecto a su implementación”.
“Esta situación podría llevar a un aumento en la litigiosidad, con planteos de inconstitucionalidad a la normativa de referencia. Esta falta de estabilidad normativa representará uno de los principales desafíos para las pymes, obligándolas a navegar en un entorno legal incierto mientras intentan mantener sus operaciones y planificación estratégica”.