La irrupción del coronavirus empalmó con una revolución digital en curso que afianzó una transformación cultural, algunas de cuyas principales características pasan por una mayor conciencia respecto del cuidado de los recursos, un rediseño e incorporación de la dimensión filosófica y hasta ética del consumo y una revalorización del cuidado de la salud con una mirada más integral y proactiva que la tradicional conducta meramente reactiva al hecho consumado de las dolencias físicas.
Revista DIMMenSION
Consumo: sustentabilidad y alimentación como escudo
Una de las tendencias del momento lleva el nombre de la “sustentabilidad”, a esta altura un valor de época. La pandemia puso al desnudo el daño que se le hizo y hace al planeta, lo que a su vez propició una reconsideración sobre nuestra forma de vivir, producir, transportar, consumir. El coronavirus puso en agenda, con inusitada fuerza, la necesidad de tomar una responsabilidad más amplia sobre el cuidado del medioambiente y de las comunidades, así como también sobre las desigualdades y la inseguridad en sentido amplio.
Los llamados “nativos sustentables” ya tienen este foco cada vez más arraigado en su estilo de vida. Más allá del auge de activismos como el veganismo, o las corrientes que se centran enfáticamente en el cuidado de los animales, es evidente que entre los consumidores cunde una mayor atención a la trazabilidad y origen de los alimentos.
Por ejemplo, en la 8va Ola del Estudio Cuantitativo online de Expectativas del consumidor realizado en el mes de noviembre, la mitad de los 1000 consultados indicó que lee las etiquetas de los alimentos antes de decidir su compra, mientras que 1 de cada 3 argentinos declaró estar bastante interiorizado sobre la ley de etiquetado. Entre los aspectos más valorados de esa norma, un 76% de los consultados destacó el hecho de poder informarse mejor sobre nutrientes e ingredientes.
La tendencia a reemplazar la carne se acentuó y abrió el campo para la puesta en pie de toda una industria orientada a satisfacer la demanda de productos plant – based. En este marco, despunta la búsqueda de nuevas fuentes de proteínas como lo son los insectos, por ejemplo, grupo de alimentos que, hasta ahora, no ha caído en la demonización que sufrieron otros.
Se busca un “Bien Estar” cada vez más integral, donde la alimentación tiene un rol protagónico: debe ayudar a tener mayor inmunidad, vitalidad y energía para enfrentar rutinas más exigentes. Esto significa como tendencia, el crecimiento de alimentos funcionales o fortificados: más vitaminas, aminoácidos, minerales, colágeno y otros ingredientes. También se valora especialmente el origen natural y orgánico, todo lo que sea sin químicos, sin conservantes.
Tecnología: la era del metaverso
La expresión “metaverso” era, hasta hace un tiempo, prácticamente desconocida salvo entre los fanáticos de los videojuegos. Cuando Mark Zuckerberg la incluyó como parte de su explicación para el cambio de nombre de la razón social detrás de su red Facebook, que ahora ya no es más Facebook Inc sino Meta, el término se convirtió rápidamente en trend topic en Twitter y las búsquedas de la palabra en Google explotaron.
El metaverso se anticipa como principal tendencia en tecnología. Está considerado como una nueva fase en la evolución de internet: primero fue la web, luego fue mobile y ahora llegan los entornos inmersivos que mezclan realidad física con la virtual a través de avatares que representan a las personas en estos espacios híbridos.
El anticipo del metaverso anida en las plataformas de gaming como Roblox o Fortnite, banco de pruebas de una tendencia que empalma con el carácter híbrido que están adoptando distintas dimensiones de nuestra vida: como en educación y trabajo, donde la combinación entre la presencialidad y lo remoto llegó para quedarse, o como en salud, donde la telemedicina, antes que oponerse o rivalizar, potencia el abordaje médico de los problemas de las personas.
El consumo también se vuelve híbrido: el e-commerce invita a los locales físicos a abandonar su condición de meros lugares donde verificar una transacción para ser centros de experiencias omnicanal donde el metaverso permitirá, por ejemplo, integrar experiencias y juegos al mismo tiempo.
Estos entornos requerirán una economía propia, con criptomonedas u otros activos digitales para poder funcionar y transaccionar.
La diversidad como factor diferencial cultural y de negocios
La diversidad se afianza como un poderoso factor cultural, al mismo tiempo que amplía sus horizontes.
También de nuestro estudio de expectativas más reciente surge que el 15% de los argentinos declara utilizar el lenguaje inclusivo, en particular los menores de 40 años, que viven en CABA.
Las empresas toman nota, sin embargo, de que la demanda de diversidad va mucho más allá de las cuestiones de género.
Perciben que deben atender, además, la inclusión funcional (personas con discapacidades), e imaginar propuestas para diferentes edades, culturas, estilos de vida, ideologías.
Este desafiante choque cultural pone a las empresas ante el desafío de proyectarlo en sus equipos de trabajo: al reflejarlo en sus boards, o en el equipo que genera productos o servicios, consiguen mejores servicios, productos, negocios.
No se trata sólo de la responsabilidad social de una compañía sino que también resulta un diferencial para el negocio.
La gestión de la diversidad implica una mirada más abarcativa e integradora, que requiere del concurso de distintos puntos de vista para enriquecer el enfoque, lo que a su vez colabora con una perspectiva de impacto positivo a la sociedad, que se enfrenta al desafío de una mayor polarización.
Los esfuerzos encaminados a reducir estas brechas crecen como tendencia y se incorporan en el propósito de muchas compañías.
El escenario que se delinea para el año que se avecina adopta ya la forma de una “era post Covid”.
Esto no significa que la pandemia y sus consecuencias hayan desaparecido por completo sino que los cambios que atravesamos en el marco de la crisis sanitaria se proyectan y confirman tendencias que venimos observando.
FICHA TÉCNICA: 8va Ola del estudio cuantitativo online de Expectativas del consumidor realizado en noviembre. 1000 casos totales. Total nacional 50% hombres y 50% mujeres; 18 a 66 años. NSE ABC amplio + D1.
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