Ahora, el disfrute de un festejo, un casamiento o una celebración social se potencia con hashtags y un arsenal de dispositivos audiovisuales que funcionan como souvenir
LA NACION por Vivian Urfeig
“¿Realmente estuviste en la fiesta si no subiste fotos y videos en las redes?” La pregunta circuló por Twitter y dejó algo en claro: para las nuevas generaciones, todo lo que pasa por fuera de las redes no cuenta. Ahora, el disfrute de un cumpleaños de 15, un casamiento o una celebración social se potencia con hashtags y un arsenal de dispositivos audiovisuales que funcionan como souvenir.
El formato que reconfigura al pionero fotomatón, que surgió en Nueva York en 1925 para agilizar los trámites que requerían retratos tipo carnet, repuntó con fuerza y generó distintas variantes. La evolución de la cabina sumó opciones innovadoras: desde pulseras interactivas, trivias, bar de gemas y tatuajes, hasta espejos fotográficos, cromas para simular fondos y cámaras spinner que giran sobre la plataforma donde bailan ¿espontáneamente? los invitados. El universo del souvenir digital pica en punta y parece no tener techo. Hay cabinas inflables con luces de neón y un arsenal de cotillón para completar la experiencia. Las tiritas de fotos vienen imantadas, listas para pegar en la heladera.
Un mundo de fantasía
Entre las últimas tendencias, también se puede festejar “como si”. Como si estuviera levantando la copa con los jugadores argentinos o como si participara de las exclusivas Bizarrap Music Sessions. La firma Ózom lanzó esta propuesta interactiva que permite sumergirse en el corazón del estudio del productor y rapero que es furor. “Se genera un código QR para escanear que te lleva directamente al estudio de Biza, con un micrófono de pie condensador y auriculares”, señala Julián Jelen, al frente de la empresa que hace 10 años desarrolla propuestas interactivas para compartir desde los celulares.
“Generamos experiencias más allá de los equipos tecnológicos que se utilizan. A la gente le encanta la presencia de una cámara y por un instante se pone en la piel de un personaje famoso con gran exposición. Alimentamos esa fantasía y buscamos que se lleven contenidos de calidad para sus redes personales”, destaca Jelen, el empresario que se especializa en el desarrollo de estas propuestas y además fabrica sus propias cabinas para satisfacer la alta demanda. “El recuerdo queda para siempre”, asegura. Y desliza que a muchos aún les sorprende que del supuesto espejo surjan consignas del tipo “dame tu mejor pose” o “más a la derecha”.
Entre otras estrategias para fiestas 3.0 la fotógrafa Carola Canuso, de Baires Photobooth, ofrece el montaje de un estudio profesional en un lugar destacado. Una alternativa que combina lo mejor de los dos mundos, el digital y el físico. Por sus fondos personalizados desfilan los invitados y luego se edita el material en el momento para entregar en distintos formatos. Canuso subraya que el valor de una buena foto “es diferencial ya que los equipos cuentan con tecnología de alta calidad”. Para completar el menú despliega una barra de glitter, con gemas, tatuajes, piedras y spray de colores para el pelo o la barba.
Desde Picsi también se sugiere un mix de dispositivos para atesorar: “El libro de firmas donde los invitados escriben de puño y letra un mensaje emotivo va acompañado de las tiritas de fotos personalizadas que surgen de las cabinas”, apunta Maximiliano Persechini, fotógrafo y técnico en cine y video. Para el director de Picsi “hay un universo de posibilidades disponibles. Las novedades llegan de Asia, Europa o Estados Unidos y acá las adaptamos a la idiosincrasia local”, comenta.
Por parte de BA Booth Argentina, aclaran la importancia de los técnicos detrás de la tecnología: “Nuestros operadores están capacitados, no solo para llevar adelante el servicio sino para coordinar a los invitados y animarlos a obtener la mejor foto posible”.
Las pulseras interactivas destraban otro nivel de sofisticación: cada invitado recibe un dispositivo, que le permite ingresar al evento y además, le da acceso a una aplicación con trivias, juegos, votaciones y todos los datos de la fiesta. “Un holograma da la bienvenida virtual a cada invitado, indicando cuál es su mesa. Con solo acercar su pulsera reciben su saludo personalizado”, señala Guido Miedvietzky, de WonderLab-FiestON.
“Se trata de una experiencia integral”, dice el productor al frente de la empresa que realizó una investigación previa para detectar cuáles eran las nuevas necesidades. “Mucha inversión para tan poco tiempo, ese era el balance. Con la app que desarrollamos, los invitados empiezan a vivir la previa desde el momento que les llega la tarjeta digital. Transformamos la celebración en una experiencia interactiva”, dice Guido. Las pulseritas contienen detalles claves: quiénes requieren dietas especiales, el número de la mesa asignada, pedidos de temas al DJ o la votación en vivo por “el mejor bailarín” o “la mesa más divertida”, entre otros juegos.
Federico Castro y Andrea Lauvergnach viven en Italia y realizaron su boda en Buenos Aires con esta aplicación. Para ambos la experiencia fue “muy positiva e innovadora, porque la gente empezó a engancharse un tiempo antes y durante el evento participaron todos, nadie se quedó afuera. Los europeos quedaron impactados, allá son muy tradicionales”, dice Federico sobre su boda tecnológica.
“Las nuevas generaciones miran el mundo a través de las pantallas de sus celulares, no conciben la vida sin conexión ni redes sociales. Por eso no pueden faltar opciones virtuales para completar las instancias físicas en una celebración que de principio a fin se concibe como un evento 3.0″, recalca Mariela Mociulsky, CEO de la consultora de tendencias Trendsity. Y agrega: “Se valora la intensidad de la experiencia y la posibilidad de que perdure en el tiempo gracias a la tecnología”.
Aplicaciones, QR, hologramas e instantáneas en el celular, como extensiones digitales de recuerdos para guardar en la memoria. Datos imborrables para almacenar, compartir y repostear.