El comienzo de año es una buena excusa para empezar de cero, y para deshacernos de todo lo que nos sobra. Qué es el decluttering.
CRONISTA por Sebastián De Toma
Hay una relación entre todo lo que tenemos y no usamos, que llena nuestras vidas, y también nuestras cabezas. Está bien y es natural, por lo general las cosas que tenemos son las que necesitamos. Pero ocurre que también guardamos muchos artículos que no nos sirven más, de los que por alguna razón nos cuesta desprendernos. Así, nuestros armarios y garajes están llenos de ropa, artículos electrónicos, material de construcción, muebles en desuso, entre muchas otras cosas.
“Estamos rodeados de cosas, ideas, hábitos y recuerdos que podemos decir que ya no nos sirven. Tendemos a acumular de todo y con el pasar del tiempo no nos damos cuenta de que esto nos impide visualizar una vida más tranquila, con más libertad y felicidad”, plantea Mariela Mociulsky, fundadora y CEO de Trendsity, una consultora boutique dedicada a la investigación de mercado.
Una posibilidad, y más aún con el comienzo de año como una buena excusa, es ejercitar lo que se conoce como decluttering. Así es como se llama el proceso de deshacerse de los objetos de un espacio que ya no se necesitan o no se desean. Puede aplicarse en cualquier zona de la casa o la oficina, como el living, el dormitorio, la cocina o el garaje. El objetivo es crear un espacio más limpio, más organizado y menos desordenado.
“El desorden es una de las causas principales del estrés. Las casas y espacios de trabajo desordenados nos dejan una sensación de ansiedad e impotencia. El concepto de decluttering habla ‘de dejar ir para ser feliz’ y se orienta a un bienestar inteligente sin sesgarse a espacios u objetos”, apunta Mociulsky.
Hay varios enfoques diferentes que la gente utiliza para desordenar. Un método popular es la regla “uno dentro, uno fuera”, que establece que por cada nuevo artículo que entra en un espacio, un elemento antiguo debe ser eliminado. Otro método es el “método KonMari”, desarrollado por Marie Kondo, que implica quedarse solo con aquello que nos da felicidad.
La tendencia a reutilizar, evitar almacenar objetos que no utilizamos, y reciclar, está cada vez más en aumento. El mundo necesita disminuir la compra compulsiva y la acumulación desmedida, para pasar a la acción de compartir más, es decir, que las cosas circulen entre más personas para aprovechar al máximo su vida útil.
Hay muchas formas de deshacerse de lo que ya no queremos. Las más sencillas de recircular lo que ya no queremos es regalárselo a alguien cercano o incluso intentar venderlo a través de las redes sociales o MercadoLibre. Pero hay otras opciones que también involucran la venta o puede tener que ver con la donación. O, en caso de que solo queramos liberar el espacio sin perder la propiedad de lo que sea que queramos dejar de ver, está la posibilidad de enviarlo a una baulera.
A continuación, te proponemos cuatro opciones para hacer un decluttering de tu vida:
¿QUÉ HACER CON LA ROPA QUE NO QUIERO? VENDERLA A EL GALPÓN DE ROPA
Galpón de Ropa es una marca argentina circular que se dedica a comprar y vender prendas con una curaduría previa, asegurándose de darles una nueva vida. “Creemos en construir un sistema más justo para el medio ambiente, donde la diversidad sea el punto de conexión y queremos ser parte de ese proceso”, expresaron desde la compañía, que tiene una serie de puntos de toma distribuidos en la Ciudad de Buenos Aires. Allí, además de recibir ropa usada, la vende al público. Además, ya están trabajando para ser certificados como Empresa B.
¿Qué ropa aceptan y qué no? Trabajan prendas de temporada (en este momento de primavera-verano), también calzados, bolsos/carteras y accesorios. No toman prendas de niños, solo de adultos.
“Nuestros criterios de selección son: estilo, estado y marca. Recibimos prendas que estén en buenas condiciones, es decir; lavadas, sin manchas, desgastes ni roturas. La presentación y el estado son determinantes al seleccionar. Tomamos prendas de estilos y cortes actuales, ropa urbana y también deportiva. No trabajamos trajes formales o ropa de fiesta. Las prendas que mejor funcionan en nuestros locales son las de marcas conocidas tanto nacionales como internacionales”.
¿Cuál es el proceso para poner la ropa a la venta? “Una vez seleccionadas las prendas, le asignamos un valor de venta al público acorde a nuestra tabla de precios del mes en curso. Se puede acceder a esta tabla desde nuestra web”, detallan. Los sistemas de cobro que puede elegir el/la cliente, según apuntan, son: 30% en efectivo o transferencia en el momento, 40% en efectivo en consignación, es decir, se cobran una vez que las prendas se venden, y 50% en crédito para usar en cualquier local, en cualquier momento (sin vencimiento).
“Contamos con un Panel de Cliente Vendedor desde donde el/la cliente puede hacer un seguimiento y control de sus ventas. En el caso de que algunas prendas no quiera dejarlas a la venta o no sean seleccionadas, también recibimos donaciones que luego distribuimos a distintos comedores, merenderos y organizaciones de Buenos Aires”, agregan.
En total, hoy tienen seis locales (Belgrano, Recoleta, Las Cañitas, Almagro, Villa Urquiza y Villa Crespo) y esperan llegar a más barrios durante este año. Los clientes pueden enviar fotos por WhatsApp para que Galpón de Ropa haga una preselección. No toman ropa sin turno previo que puede sacarse vía WhatsApp o la web galponderopa.com.
¿Y SI NO QUIERO VENDER LA ROPA QUE NO USO? SE PUEDE DONAR A CÁRITAS
Cáritas es, en sus propias palabras, una organización de la Iglesia Católica que trabaja para dar respuesta a las problemáticas sociales que derivan de la pobreza y que en la actualidad cuenta con alrededor de 40.000 voluntarios. En las 3500 Cáritas parroquiales (que durante el mes de enero tienen guardias, pero no un horario fijo) distribuidas por todo el país reciben donaciones de todo tipo, y las personas por lo general entrega ropa.
“En general hay que llevar las cosas, aunque en algunos lugares están más organizados y puede ser que pasen a retirar”, señala. “Tenemos algunas indicaciones de qué donar, tienen que ser cosas en buen estado, limpias, que si es ropa no le faltan botones, no le falten cierres… que uno se pregunte ‘¿me lo volvería a poner es esto?’, porque no tenemos tanta estructura como para arreglar absolutamente todo. Eso lo hacemos con algunas cooperativas de trabajo cuando es una donación grande de una empresa de ropa que no llegaron a usar, por ejemplo, pero con las donaciones particulares no”, explica Lagos.
¿Qué se hace con lo donado? Se entrega a la gente con mayor necesidad. también se hacen ferias americanas porque para la gente es “mucho más gratificante ir y comprar su ropa a que se la den porque es un tema de autoestima, de dignidad, ‘yo me compré esto, no es que me lo dieron’“, marca la entrevistada. Poder comprar significa poder elegir qué remera, de qué color, poder elegir si me queda bien o mal, poder probármela. “Se venden muy económicas, y con ese dinero compramos alimentos, distintas cosas; en algunas Cáritas que tienen farmacias se compran medicamentos, otras lo usan para útiles escolares”, cuenta.
¿QUÉ PASA SI TENGO MATERIAL DE CONSTRUCCIÓN QUE ME QUEDÓ SIN USAR? LLEVÁRSELA A VIVIENDA DIGNA
Fundación Vivienda Digna se trata de una organización social que trabaja junto a familias de escasos ingresos económicos en la construcción, mejoramiento y equipamiento de sus casas. Cuenta con corralones sociales que permiten que familias de escasos recursos económicos puedan mejorar y equipar sus casas.
Así funciona: las familias que se registran en el programa de corralones pueden acceder a productos para el hogar a precios solidarios. A su vez, acceden a capacitaciones gratuitas de autoconstrucción, asesoramiento de arquitectos y acompañamiento social.
Puntualmente, según informan desde la fundación, estos productos son ofrecidos a precios solidarios, cuatro veces menor que el valor de mercado. Optaron por este sistema para sostener al programa en el tiempo.
Los productos –materiales de construcción, electrodomésticos, muebles, sillones, bazar– los obtienen a través de donaciones de individuos y empresas, que se pueden hacer a través de la página web: viviendadigna.org.ar/donar. Lo más importante, para quienes quieren donar, es que el retiro es gratis (en CABA, GBA Norte y Oeste) y los productos tienen que estar en buen estado porque la Fundación no tiene talleres de reparación.
“Creemos en el valor del esfuerzo y del aporte de cada persona, aunque sea mínimo. Ningún artículo se regala. El foco principal de la ONG es llegar a las familias que más lo necesitan, por lo que antes de comprar la persona tiene una entrevista con el equipo social. Además, lo recaudado también se destina a los proyectos de construcción que tiene la ONG”, explican.
En total, más de 35.000 familias son parte de este programa y la fundación cuenta con cuatro sedes: Boulogne, La Tablada, Barracas y José C. Paz.
¿QUERÉS DEJAR DE TENER MUCHAS COSAS A LA VISTA, PERO NI DONARLAS NI VENDERLAS? PODÉS MANDARLAS A UNA “BAULERA INTELIGENTE”
Además de ordenar, y conservar sólo aquello que se utiliza con regularidad, la posibilidad de guardar las cosas que no se utilizan frecuentemente de forma temporal es una solución para muchas personas. A esto se dedica Space Guru, una startup de economía circular enfocada en solucionar problemas de espacio en las grandes ciudades.
Desde su año de fundación en 2019, esta “baulera inteligente” -tal como ellos se autodenominan- ha tenido un marcado crecimiento y hoy cuenta con más de 2500 usuarios activos y una facturación por mes de alrededor de $ 8 millones.
“La solución de Space Guru viene a redefinir el concepto tradicional de baulera. La baulera deja de ser aquel lugar al que hay que trasladarse, pagar indefinidamente por un espacio que se subutiliza y donde probablemente las cosas queden abandonadas”, explica Livia Armani, cofundadora de Space Guru.
“Durante estos años, guardamos un total de 46.292 objetos, lo cual representa liberar 10.405 m3. Entre estas cosas, hubo muchos que no son tan comunes, como gigantografías de Darth Vader, tótems de gran tamaño, traídos de Indonesia, entre otros objetos curiosos“, apunta en tanto Felipe Herrera, cofundador y CEO de la compañía.
“En su mayoría, eligen guardar prendas de estación, muebles, artículos de viaje, sillones y heladeras. En segunda instancia, cuadros, aires acondicionados y ventiladores, lavarropas, televisores y espejos“, dice Herrera.
“No permitimos guardar alimentos u objetos perecederos o flora o fauna viva por una cuestión lógica que necesitan un cuidado especial, así como tampoco objetos que puedan ser inflamables o explosivos, líquidos, geles o aerosoles, entre otros objetos que puedan ser peligrosos e implicar un riesgo para los demás objetos que se encuentran en el depósito”, agrega.
Un diferencial de Space Guru es el uso de la tecnología. “Nosotros le aplicamos tecnología al servicio tradicional de las bauleras con el fin de resolver tres problemas: la contratación del flete, (tanto de retiro como de devolución) la elección del tamaño del depósito y el registro de lo que se guardó. El usuario nos pide almacenar ciertos productos y nosotros los pasamos a buscar, no tiene que preocuparse por el traslado. Después, no tiene que pensar qué tamaño de baulera necesita y solo paga por el valor del volumen que nos deja. Cuando llega a nuestro depósito, lo fotografiamos y lo subimos a la aplicación para que sepa qué fue lo que guardó”, desarrolla Herrera.
Space Guru brinda servicio en CABA y GBA. “Al trabajar en volúmenes muy grandes y siempre pensando en la escalabilidad del negocio, elegimos trabajar con terceros de confianza, que realizan las diferentes operaciones de retiro y devolución y que además nos brindan soporte en momentos puntuales de gran demanda”, cierra el cofundador.
Sin importar la opción elegida, lo importante es que el “decluttering” sirva para limpiar no solo los espacios físicos, sino además los de la mente. Comenzar el año “livianos” en todo sentido es un beneficio difícil de mensurar pero importante para la salud emocional.
Para ver la nota: https://www.cronista.com/clase/trendy/decluttering-como-desechar-lo-viejo-para-empezar-el-ano-0km-y-con-algo-de-plata-extra/