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Brechas generacionales a la hora de criar: cuando las abuelas y otras “íntimas” opinan demasiado

Brechas generacionales a la hora de criar: cuando las abuelas y otras “íntimas” opinan demasiado 1

CLARÍN

El 73% de las madres se sienten juzgadas por mujeres de su círculo íntimo en torno a las decisiones de crianza, y la alimentación elegida para sus hijos lidera el ranking de cuestionamientos, según un estudio realizado por Trendsity en madres de todo el país. Sensaciones como la falta de libertad, la desinformación o la culpa son las que más se destacan en quienes tienen bebés menores de 9 meses.

Estos datos son arrojados por un estudio reciente, realizado por la consultora de tendencias Trendsity sobre un total de 400 madres y padres de bebés de hasta 9 meses de todo el país. Allí, profundiza en los sentimientos no siempre revelados que comparten la mayoría de las mujeres en esta etapa: los desafíos que presenta la lactancia y la preocupación por el desarrollo de su bebé.

Dice Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity, a Clarín: “Cada generación tuvo sus mandatos relacionados con los estilos de vida correspondientes a los conocimientos de cada momento histórico y social, y en cada contexto (incluso muchas veces dentro de una misma generación y con pocos años de diferencia en una misma familia) criando un primer hijo, un segundo o un tercero, fueron cambiando los conocimientos, así como las creencias acerca de qué es mejor en la crianza”.

Y continúa: “Desde los límites estrictos en cuanto a los horarios para alimentar, dónde y a qué hora deben dormir, si boca abajo o arriba o de costado, durante cuánto tiempo pueden dormir en colecho o si eso se consideraba peligroso, si hay que dejarlos llorar o no, si tienen que usar medias o si no es necesario… De una generación a otra, la experiencia de dar teta exclusivamente o optar por mamadera fueron distintas. Los estilos de crianza fueron cambiando”.

¿Abuelas opinólogas?

Deseos, mandatos, decisión e intuición. Son muchos y muy variados los factores que influyen en los modelos de crianza de cada familia. A la hora de gestar, parir, alimentar y educar, hay tantas opiniones como personas criando. El estudio indica que las mujeres se sienten juzgadas por otras mujeres de su círculo, que podrían ser abuelas o personas cercanas.

En este sentido y consultada por Clarín, Marisa Russomando, licenciada en psicología y especialista en maternidad, crianza y familia, opina que “cada mamá en principio desea llevar adelante ese rol de la mejor manera posible y de allí que es una población muy vulnerable a la opinión del resto: hay mucha información y contradictoria acerca de la buena crianza, mucha oferta de charlas y actividades varias, publicidades e influencers que pueden facilitar sentirse acompañadas, pero también desorientar el camino hacia el propio estilo que en definitiva puede lograrse en un proceso singular”.

Mociulsky indica a Clarín que, en relación al abuelazgo, “quienes fueron madres en otro momento y tuvieron otras experiencias como madres, al ser abuelas pueden ver de una forma diferente o crítica las decisiones que toman las mamás hoy. Muchas veces se producen brechas generacionales”.

Asimismo, “el rol de las abuelas hoy es distinto y ha cambiado, ya que muchas continúan trabajando y desarrollándose. Por eso también se observa menos cantidad de abuelas dedicadas al cuidado de sus nietos”.

Agrega Mariela: “El rol de las mujeres en la sociedad también ha ido cambiando y los formatos de las familias tradicionales conviven con otros formatos. El rol de los papás también cambia y se observa una tendencia a buscar compartir los momentos importantes del crecimiento de sus bebés. Esto también es una diferencia generacional que a veces se celebra, y a veces resulta más difícil de comprender”.

“La brecha generacional siempre va a existir, pero los cambios en cuanto a disponibilidad de información son cada vez más acelerados. Por otro lado, los cambios culturales y las creencias son más lentos y cada generación tiene bastante instalado lo que vivió en su momento, especialmente en estos temas tan relevantes para la vida de una familia”.

“Es lógico que aparezcan las diferencias, pero sería deseable que la mirada social sea comprensiva, que tienda a acompañar, y que se dé espacio a conversar sobre las contradicciones, dificultades y ambivalencias, en lugar de tener que callar o sentir la soledad y las presiones”.

Entre lo real y lo ideal

La lactancia ocupa el primer lugar en el ranking de cuestionamientos: 7 de cada 10 madres con bebés menores de 9 meses afirmaron haberse sentido juzgadas en torno a la alimentación elegida para su bebé y un 86% declara que es uno de los aspectos que más causa sobrecarga y agotamiento. A pesar de esto, 4 de cada 5 madres declaran que les cuesta hablar de las dificultades o exigencias que implica la lactancia porque siente que en nuestra sociedad no está bien visto hablar del tema.

Hace unos años, con la crianza respetuosa como base, la defensa de la lactancia materna se convirtió en un eje muy importante. Aunque sabemos los innumerables beneficios que tiene la lactancia materna tanto para mamás como para bebés, ¿en qué medida esto pasó a ser una “exigencia”? Russomando explica que “uno de los primeros cuestionamientos en lo singular y en su grupo de referencia es el tema de la alimentación de su bebé. Sea por imposibilidad, por indicación médica o por decisión propia, las mujeres se ven confrontadas a un supuesto ideal en el que amamantar es la única respuesta. Y en verdad no lo es”.

Y dice a Clarín: “Desde siempre las madres buscan modelos para seguir en la difícil tarea cotidiana de llevar adelante la maternidad y la crianza de los hijos. Estos modelos a veces son registrados como tales, y muchas otras influyen en las decisiones que se toman de una manera oculta”.

Agrega que, en el caso de la crianza respetuosa y sus aristas, “acompañan desde hace un tiempo a las madres coincidiendo con cierta dificultad observable a la hora de poner límites, hallando de esta manera un fundamento a su hacer. La alimentación y el sueño son coordenadas de la crianza fundamentales y estructurales de la modalidad o el estilo de maternidad. En ese sentido, dar la teta y que el bebé duerma en la cama de los adultos como otros ejemplos, responden muchas veces a dicha dificultad”.

Y la psicóloga aclara: “Ordenar la organización familiar, establecer rutinas, decidir el destete y otras variables, requieren decisión y el trabajo de sostenerlo que no todas las madres y padres consienten en realizar el esfuerzo que eso conlleva”.

Por otro lado, “se erigen exigencias que parecen objetivar qué es ser una buena madre, desatendiendo una vez más la singularidad de cada una”.

No existe la madre perfecta

La importancia de sentirse informadas y compartir esa información es algo propio de las nuevas generaciones de familias, dicen desde Trendsity. Madres y padres buscan información, y las redes sociales tienen un papel importante: se consolidan como espacios de valor a la hora de criar, con sus luces y sombras. Sin embargo, también son fuentes asociadas con la presión y confusión: casi 2 de cada 3 madres coincide en que las redes sociales pueden imponer estándares demasiado altos para ellas y eso genera aún más culpa y frustración.

Un aspecto positivo en que el 88% de las madres con bebés menores de 9 meses coincide es que las redes sociales son, además, espacios útiles y cercanos, tanto para expresarse como para compartir vivencias. Además, a casi la totalidad (92%) le parece importante que se usen estos canales para divulgar información profesional y científica.

En la transición de la maternidad ideal a la real, empiezan a percibirse el deseo y la necesidad de barrer con el mito de madre perfecta, que a menudo sólo ayuda a generar sentimiento de culpa y deuda permanente. Se percibe cómo las madres, en especial las más jóvenes, valoran la búsqueda de caminos que habiliten la libertad de elegir y la conversación abierta sobre temas que preocupan.

¿Un consejo? “Las mamás recientes necesitan estar acompañadas, pero de la buena manera. Esto es: a su manera, amorosamente, a distancia de exigencias y críticas y dosificando la información, encontrando de a poco las voces que colaboran y alejándose de las que hacen la tarea más difícil”, recomienda Marisa.

Y concluye: “Lo mejor que le puede pasar a una mamá es encontrar su propia manera de serlo”.

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