Mariela Mociulsky, fundadora y CEO de Trendsity, da las claves para afrontar los cambios sociales, económicos y políticos que se avecinan
LA NACION por Melanie Shulman
Crisis económicas, sanitarias y políticas, cambio climático, digitalización acelerada, desnutrición. El mundo moderno está sumido en un turbulento contexto de metamorfosis y hacerle frente no resulta una tarea sencilla. Pero, ¿cómo se llegó a este punto? ¿Se puede revertir esta situación? Alcanzar el equilibrio universal es un desafío que pone en jaque a todas las poblaciones. Por ello, repensar estrategias a corto y largo plazo es el puntapié para hacerle frente a esta situación.
Ante este panorama desolador e incierto, Mariela Mociulsky, fundadora y CEO de Trendsity, una compañía dedicada a medir y evaluar las distintas tendencias, disertó en el evento Negocios del Futuro, organizado por LA NACION, y dijo que las sociedades están inmersas en grandes cambios que hacen que las personas queden recluidas de muchos aspectos de la vida cotidiana. Pero, como dice el dicho popular, toda crisis es sinónimo de aprendizajes y, en este sentido, la especialista propuse cuatro ejes para rediseñar el futuro, para cambiar el rumbo y devolverle a todos los seres humanos un poquito de armonía y tranquilidad.
El primero que mencionó tiene que ver con la tecnología, una indiscutida aliada que trae de la mano muchísimas ventajas tanto para las personas como para las industrias y el desarrollo. Los últimos años vienen acompañados de una revolución digital que cobró aún mayor dimensión durante la pandemia. Sin embargo, no todo es lo que parece y tener la capacidad de adaptarse a este nuevo lenguaje y capitalizar su uso, lleva su tiempo.
Para Mociulsky, el rol de la digitalización es fundamental para acelerar procesos, para construir nuevas alianzas con los usuarios y, sobre todo, para generar múltiples experiencias. Y en este camino entran en juego varios aspectos: “El desarrollo de la web 3.0, conocida también como la internet inmersiva, ¿qué quiere decir? Es un entorno donde se puede jugar, hacer compras, educarse y trabajar”, explicó la especialista.
A esta lista la completan una serie de aspectos disruptivos que proponen maneras alternativas de gestionar las finanzas, de invertir, de consumir y de divertirse. Entre ellos, Mociulsky mencionó al e-commerce y los procesos de logística, que se traducen en una mayor inmediatez y personalización con el cliente, la inteligencia artificial, el metaverso y el gaming, es decir, experiencias inmersivas multisensoriales, el blockchain, que ofrece nuevos modelos de negocios y, una economía digital descentralizada.
El segundo eje hace referencia a una mayor responsabilidad, que según aclara la experta, tiene que ver tanto con el destino del planeta como de las sociedades. “Debemos ser protagonistas de este cambio y enfocarnos en una economía regenerativa. La clave está en pensar de manera integral, en donde se tenga en cuenta a la naturaleza, la fauna y las comunidades como un todo, no por separado”, destacó Mociulsky, e hizo hincapié en la importancia de “curar las heridas ambientales, económicas y sociales que acechan a la actualidad”.
Por ello propuso crear sistemas de producción modelados a partir de diseños naturales, donde cada residuo es, o bien devuelto al ecosistema como nutriente, o convertido en un insumo para fabricar otro producto.
A su vez, planteó la búsqueda del bienestar personal como un aspecto fundamental para rendir al máximo en la diaria y alcanzar la mejor calidad de vida posible. Para Mociulsky, hoy los individuos están inmersos en la adrenalina pura, en el exceso de demandas y responsabilidades. Además, destacó que se vive a las corridas y, en consecuencia, “se ve un aumento del sedentarismo y de mala alimentación”.
Frenar y serenarse cuesta, pero lo cierto es que encontrar espacios de ocio y esparcimiento es la ecuación perfecta para alcanzar el equilibrio laboral y personal. Innovar en nuevas experiencias, como por ejemplo el mindfullness o los baños de agua helada, y explorar opciones de nutrición, como en el caso de las dietas plant based, son para Mociulsky la puerta de entrada al cambio.
El último eje que citó fue el de seguridad. Sucede que los hábitos cambian, en todo sentido, desde la manera de relacionarse, hasta de hacer negocios, de producir y de aprender. Por todo ello, la profesional agregó que para que la gente se sienta protegida y con confianza, se necesitan dos cosas: “anclaje y refugio para percibirse a salvo”.
“En el plano profesional, hay que asegurarse de brindar calidad en los productos como en la logística y la entrega. En cuanto al aspecto emocional, se requiere del desarrollo de nuevas narrativas que generen sentidos y propuestas que nos hagan sentir orgullosos de nosotros”, explicó Mociulsky.
Pero no todo termina acá, ya que para que el cambio se evidencie y las crisis se apacigüen, se deben tener en cuenta una serie de cuestiones o desafíos que se hacen presentes en la actualidad. “Hay que innovar con sentido y propósito, transformar y expandir los modelos de negocios de la economía circular a todas las industrias; se debe compartir el compromiso y lograr que la sustentabilidad sea accesible”, dijo la experta, y recalcó la necesidad de crear exitosamente una migración a la web 3.0, de revistar y desarrollar modelos de negocio descentralizados, y de asegurarse que haya privacidad y seguridad. “Cada uno, y a su manera, debe ser protagonista del cambio”, cerró.
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