Un nuevo mes donde analizamos la transformación de las Megatendencias
En esta edición:
- Ciudades de a pie: la pandemia lo hizo
- Entretenimiento: entre lo retro y la disrupción tecnológica
- La revolución (no tan silenciosa) de la industria de la moda
- Accesibilidad para personas con discapacidad
- Una nueva era para los envases
Fronteras porosas
Ciudades de a pie: la pandemia lo hizo. En este último tiempo de la cuarentena, vemos por ejemplo en la ciudad de Buenos Aires, otras ciudades del país e incluso del mundo, un llamativo cambio de paisaje con calles cortadas para que la gente las transite a pie o bien para que los locales gastronómicos puedan tener sus mesas de la calle y evitar la propagación del virus. Con el transporte público restringido al máximo, la caminata y el desplazamiento por lugares y parques cercanos de donde las personas residen se ha convertido en algo habitual. ¿Será que estos cambios han llegado a la ciudad para quedarse? ¿Pueden influir en un nuevo rediseño de la ciudad?
En virtud del COVID-19 y para restringir la circulación, vemos en todo el mundo emerger proyectos que hacen realidad las llamadas “ciudades de 15 minutos” (pensadas para traslados de un punta a otra que no llevan más de este tiempo) o las “supermanzanas”, aquellas donde se amplían las calles para transitar a pie y los autos circulan por la periferia de manzanas mucho mas ampliadas. El común denominador de estos proyectos es restar lugar a la circulación de autos, apoyarse en el transporte público (principalmente eléctrico y/o movilidad sustentable, ej bicicletas) y estimular la actividad peatonal.
Yendo más allá, y tono con los enormes cambios alrededor del trabajo y el desplazamiento que trae la pandemia, Google acaba de lanzar un colosal proyecto donde la idea es la construcción de una urbe entera para la compañía en Mountain View, California, donde la gente pueda vivir y trabajar, con todas las comodidades de un ciudad/pueblo -que hacer acordar a las ciudades industriales que crecieron antaño alrededor de proyectos de grandes compañías industriales, mineras, etc.- y donde no sería necesario moverse más allá de allí para tener todo lo necesario para vivir (ocio, escuelas, comercios, entre otros)
Estas enormes descentralizaciones de la vida urbana, cambios en la circulación y atomización de zonas en las ciudades -que fueron muchas veces la utopía de muchas políticas públicas de urbanización- se hicieron reales en este 2020. Lo que resulta más interesante es pensar qué nuevos hábitos generarán en las personas, por cuánto tiempo permanecerán más allá de la pandemia y que acompañamiento podrían dar marcas, negocios y servicios a este nuevo escenario.
Raíces móviles
Entretenimiento: entre lo retro y la disrupción tecnológica. Quizás lo más significativo que está ocurriendo en el mundo del entretenimiento es que la transformación ocurrida en función de la pandemia toca tanto las últimas tecnologías como el pasado que hemos dejado atrás.
Al tiempo que vemos en Inglaterra que se celebran los primeros conciertos apalancados en la creatividad para asegurar la distancia social, observamos una gran revolución en torno por ejemplo al streaming y vivos de Instagram (teatros y recitales), crecimiento explosivo del on demand y novedosas jugadas como conciertos en plataformas de videojuegos como Fornite (que mueven audiencias de unos 10 millones de personas en promedio). Pero también hay ciertas “novedades” en el mundo del entretenimiento que vuelven atrás en el tiempo.
Uno de ellos es el boom del autocine, una experiencia que comenzó en Europa pero de la que ya disfrutamos en Argentina (ya tenemos en zona norte y en Palermo, entre varios otros) un fenómeno que además de descomprimir la necesidad de ocio de muchas personas en las ciudades está moviendo un fenómeno “retro”. De hecho, algo muy interesante que también vimos renacer en la pandemia son una suerte de neo- juglares -tradición histórica de cantantes y artistas callejeros- que en este caso reúne gente en autos, en las puertas de las casas, o desde un balcón.
A veces, cuando se piensa en el futuro de una industria se cree que solo la innovación tecnológica puede “renovar” un segmento, quizás lo que nos está enseñando la pandemia es que nadie tiene la última palabra y que el foco siempre está en el comportamiento de las personas como centro. El sorprendente cambio de hábitos de estos meses nos llevó a tecnologizar muchas áreas de nuestra vida de manera acelerada, pero también valorar las raíces, una vuelta a un mundo del pasado que nos daba otra seguridad y contención.
Egobalance
La revolución (no tan silenciosa) de la industria de la moda. Un tiempo atrás, la revista Vogue ponía por primera vez en su portada a una ilustración, como mensaje claro de que la elaboración de una foto de moda para una revista como tal es una huella de carbono que es solo uno de los cuestionamientos hacia la industria de la moda.
En un manifiesto conjunto histórico, el British Fashion Council (BFC) y el Council of Fashion Designers of America (CFDA) solicitaron que se transforme el eje de la industria de la moda post COVID-19, gesto que vino luego de que gran cantidad de diseñadores escribieran carta abierta pidiendo un re enfoque más sostenible y a menos velocidad para la industria. Entre otras incongruencias del mundo de la moda se señalaba la idea de “colecciones”, los descuentos de Navidad o la venta de abrigos de invierno en verano.
Por otro lado, los hábitos de la Generación Z parecen pronosticar el fin de lo que se conoce como fast fashion (prendas en serie de cadenas masivas a costos accesibles) dado que el comercio justo, lo sostenible y la individualidad son valores insignia de esta generación, que además tiene como práctica habitual el reciclado de prendas y la compra de segunda mano (percibida como cool además de sustentable) e impulsada por plataformas digitales para tal fin. Todas estas tendencias exacerbadas, desde ya, con la llegada de la pandemia
Incluso se va más allá. ¿Y si nunca compramos ropa otra vez? Es ese el mensaje de mucha parte de una nueva generación y de MEND!: A Refashioning Manual and Manifesto que plantea la necesidad de revisar una industria y que apuestan por un movimiento de zurcir, intervenir, arreglar su propia ropa como toque de individualidad al movimiento sustentable. ¿Qué lugar le queda a las marcas de indumentaria en este contexto? ¿Los valores de esta generación lograrán darle un nuevo rumbo a toda la industria? ¿Modificarán su forma de posicionarse, su comunicación, su producción? ¿Nacerán nuevos modelos de negocios? ¿Qué pasa con las expectativas -notablemente diferentes- del resto de las generaciones? Todas preguntas que aún quedan por responder.
Neoconectividad
Accesibilidad para personas con discapacidad. Las personas con discapacidad son una parte de la sociedad usualmente desatendida y estigmatizada, incluso, ha estado bastante al margen de la comunicación publicitaria, su bienestar y su accesibilidad -a no ser por excepciones- ha estado históricamente relegada.
Vivir con algún tipo de discapacidad es una realidad cotidiana para más de mil millones de personas (15% de la población mundial) y conforme se extiende su expectativa de vida, también lo hace la necesidad de mejorar su calidad. La tecnología tiene un rol esencial como motor de inclusión social y laboral de las personas con discapacidad.
Desde casos locales, como la premiada tarea de Gino Tubaro con sus prótesis de extensiones en 3D hasta la app jujeña “uSound” que permite mejorar la calidad de escucha, adaptándola de modo muy simple a un smartphones mejorando la incorporación a la sociedad de personas con estas dificultades.
En el último tiempo, los ejemplos se multiplican,bastón inteligente para discapacitados con la ayuda de Google Maps, por caso el controlador adaptable de Microsoft Xbox que hace que los juegos sean más accesibles personas con capacidades reducidas, Envision desarrolla con inteligencia artificial lentes inteligentes que empoderan a los ciegos y con discapacidad visual para ser más independiente o AccessibleGO una plataforma de viajes que hace que viajar sea más accesible para personas con discapacidad. Toyota recientemente anunció un acuerdo con una empresa de Bahía Blanca para la producción de una silla de ruedas que incorpora tecnología omnidireccional en sus ruedas y funciona a batería, brindándole al usuario libertad de movimiento y autonomía o ABLE Human Motion, el exoesqueleto de una firma catalana que es ligero y fácil de usar.
Conciencia de responsabilidad
Una nueva era para los envases. En sintonía con lo que pasa en el mundo, un alto porcentaje de los residuos locales son envases plásticos, que constituyen algunos de los materiales más contaminantes para el medio ambiente: de las 14 millones de toneladas de basura que se producen al año, el 14% corresponde a envases descartables (de los cuales se recicla solo un 30%).
En Argentina, abrió pocos días atrás Cero Market, el “supermercado sin envases”, el primero de su tipo en nuestro país y que promete hacer realidad la idea de muchos consumidores de compra “a granel”. Nuestro país de esta manera parece comenzar lentamente a ponerse a tono con la tendencia mundial que incluye grandes empresas como Unilever, que prometen que para el 2025 sus envases de plástico van a ser reutilizables, reciclables y compostables, utilizando al menos un 25% de plástico reciclado en sus envases. En sintonía, Nestlé tiene en el horizonte que el 100% de sus envases sean reciclables o reutilizables para 2025 mientras que Coca-Cola European Partners (CCEP) ha revelado que todas las botellas de plástico de todas sus marcas principales fabricadas en Gran Bretaña ahora están hechas con un 50% de plástico reciclado (rPET) y Bimbo lanzó un programa de reciclaje para sus bolsas de plástico.
Es evidente que nos encontramos frente un cambio de era, cuando vemos en ejemplos más concretos las tasas reusables de Mc Donalds o la opción de comprar gin artesanal el bolsas recargables, o el muy interesante y creativo proyecto de Samsung donde las cajas de sus tv se convierten en cajas para disfrute de los gatos del hogar. También el muy interesante proyecto de la compañía TerraCycle en asociación con algunas de las mayores compañías de productos de consumo del mundo presentó un sistema global de compra y modelo de reutilización, llamado Loop, que servirá para comprar productos por la web con packaging reutilizable que luego de usar la compañía pasará a buscar, limpiará, rellenara y volverá a llevar al consumidor.
Desde ya, más allá del material, el ciclo de vida de los productos es una deuda pendiente para la Argentina que debería sintonizar con las nuevas concepciones de la economía circular y las empresas de triple impacto. La sanción de una Ley de Envases que establece responsabilidades y sanciones económicas para quienes contaminan podría ser un mecanismo que impulse aún más la innovación de las empresas en este sentido y activar mecanismos para recuperarlos, seleccionarlos y facilitar que la industria recicladora transforme ese material en una nueva materia prima para la elaboración de otros productos.